Esta actividad se organiza dentro de la programación de “Una Ventana al mundo, formación para la solidaridad” que organizan Fundación ALBOAN y Asociación SEI, en colaboración con el Programa de Cooperación para el Desarrollo del Ayuntamiento de Pamplona.

Participan: José Palazón (PRODEIN) y Cristina Manzanedo (SJM)

Lunes 15 de junio, a las 19.00 h. En la Casa de la Juventud (C/Sangüesa, 30)

Entrada libre hasta completar aforo. 

Los puntos fronterizos, como es el caso de las ciudades de Ceuta y Melilla, viven desde hace décadas el drama humano que supone el intento de miles de personas por entrar al continente europeo, huyendo de situaciones de crisis y emergencia en sus países de origen. Ceuta y Melilla constituyen la única frontera terrestre de la Unión Europea con África.

En el año 2001, crecieron de manera notable los intentos de entrada a través de las vallas que separan Melilla de la provincia marroquí de Nador. Vallas que ya se habían instalado pocos años antes. Entre los meses de agosto y octubre de 2005, se produjeron de nuevo multitudinarios intentos por saltar estas vallas fronterizas, como consecuencia de la situación de desesperación de miles de personas a las que se les cierran todas las puertas. Además de las personas que perdieron la vida durante esos meses, centenares de ellas resultaron heridas.

En respuesta a estos hechos, el gobierno español respondió reforzando las vallas y aumentando la presencia de militares. Son vallas que han terminado por convertirse en una de las fronteras más vigiladas y protegidas del mundo con utilización de alta tecnología. Se calcula que, hasta comienzos de 2014, se habían invertido en la valla de Melilla al menos 33 millones de euros para intentar convertirla en una frontera infranqueable (según se recoge en el informe de 2014 de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía –APDHA-).

Los expertos en inmigración y las organizaciones que trabajan en la defensa de los derechos humanos a ambos lados de la frontera sur de Europa estimaron, en 2013, que más de 5.000 inmigrantes, en su mayoría de origen subsahariano, habían sido expulsados sin respetar la ley, y sin los trámites administrativos oportunos.

Tal y como recoge en su informe la APDHA (Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía), “desde el punto de vista de los Derechos Humanos, el actual modelo de `gestión´ de las migraciones conlleva gravísimas violaciones de los mismos, origina enormes sufrimientos para las personas que intentan ejercer el derecho a encontrar una vida más digna, incluso con el resultado de su muerte. Es por ello una política inmoral e inhumana. Pero es que incluso desde una óptica instrumental, este `modelo´ no solo no responde a la realidad sino que la niega y, por tanto, se muestra incapaz de articular el fenómeno migratorio”.

Fundación ALBOAN y Asociación SEI reúnen, dentro de su propuesta “Una Ventana al mundo”, a Cristina Manzanedo y a José Palazón, en la mesa redonda “Vallas y otras fronteras: una vulneración de los Derechos Humanos”. Manzanedo y Palazón son dos expertos conocedores de la situación dramática que viven cientos de personas que tratan de acceder, por muy diversos medios (a través de las vallas, en pateras, a nado, ocultas en vehículos…), a una vida más digna.

-José Palazón: activista y fundador de la Asociación Pro Derechos de la Infancia (PRODEIN) de Melilla. PRODEIN nació hace más de una década con el objetivo de luchar por los derechos de la infancia, en especial de los y las menores extranjeros no acompañados, procedentes de Marruecos. Palazón ha denunciado situaciones como la del CETI de Melilla o ha documentado abusos policiales y devoluciones en caliente.

José Palazón es reconocido, además, por las fotografías que dan testimonio de la situación que, día tras día, se vive en su ciudad y en las vallas. Estos testimonios fotográficos le han valido diversos reconocimientos como el Premio Ortega y Gasset 2015, en la categoría de Periodismo gráfico.

-Cristina Manzanedo: abogada de la ONG Pueblos Unidos, experta en extranjería y coordinadora del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM), red de instituciones de acompañamiento y defensa de personas migrantes. Cristina forma parte de un equipo de personas que visita regularmente a las personas internas en los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Madrid y Barcelona, lo que les permite tener una amplia experiencia en situaciones de detención y expulsión de inmigrantes. Desde 2014 ha ampliado su trabajo a la Frontera Sur hispano-marroquí y las realidades de Ceuta y Melilla.