Itziar Rosado es integrante del Grupo de Trabajo de Ciudadanía Global de La Coordinadora y responsable de Base Social y Ciudadanía en ONGAWA.
En esta entrevista nos explica y traduce qué es la Educación para la Ciudadanía Global y por qué es imprescindible en el contexto actual.
“Mirar la realidad, en compañía, y pensar con otras personas cómo se puede cambiar es, desde mi punto de vista, la mejor manera de construir ciudadanía global”.
Desde hace años, diferentes organizaciones se unieron en el grupo de trabajo Ciudadanía Global de La Coordinadora. Desde diferentes prismas, opiniones y formaciones trabajan para fomentar y consolidar el enfoque de ciudadanía global tanto a nivel de políticas públicas, estatales y europeas, como en las estrategias y prácticas de las organizaciones (movilización social, incidencia, participación, etc).
Itziar Rosado, una de sus integrantes y responsable de Base Social y Ciudadanía en ONGAWA, nos habla de la importancia de cuestionar, profundizar y activar otros sistemas alternativos para impulsar cambios reales. Aunque afirma que las “ONGD han cambiado mucho” porque son más críticas y políticas que hace una década, todavía “falta un trecho” . Apunta que es necesario contar las problemáticas actuales como la desigualdad, el cambio climático o la pobreza desde unas narrativas donde la ciudadanía se sienta que tiene un papel de ciudadana/o global.
P. ¿Qué es la Educación para el Desarrollo y la Ciudadanía Global y por qué es importante que esté presente en el día a día de nuestras sociedades?
R. La Educación para el Desarrollo y la Ciudadanía Global (EDCG) –desde mi punto de vista- es un conjunto de estrategias de aprendizaje que nos capacitan para cuidarnos como sociedad y cuidar el planeta, que desarrollan nuestro potencial para organizarnos colectivamente de manera que todas las personas podamos tener una vida plena. Uno de los puntos que quizás pasan más desapercibidos al hablar de la transición que la humanidad necesita abordar, con urgencia, tiene que ver con la cultura y los sistemas de creencias a través de los que se interpreta el mundo y se actúa en él. Cuestionar estos sistemas, que subyacen a un modelo de sociedad que genera un déficit creciente de vida -humana y natural- y activar otros alternativos, es imprescindible para impulsar y apalancar los cambios. Y yo diría que ese es el espacio de la educación.
Fuente: Coordinadora de ONGD de España