POR MARÍA ESTEBAN LÓPEZ Y IRENE VILLAFRANCA SERRANO. OCSI NAVARRA (PERTENECE A LA COORDINADORA DE ONGD NAVARRA)
“8 de marzo en”sororidad” (hermanamiento) con las mujeres del sur” Hoy es día de celebración. Y también de reivindicación. El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, pasa, por un lado, por celebrar lo mucho logrado desde que aquel incendio a mitades del siglo XIX intentase acallar las reivindicaciones de las sufragistas, y también, por otro, pasa por seguir avanzando en la lucha por los derechos de las mujeres. Nuestros derechos, los de las mujeres occidentales, en nuestra propia realidad y circunstancias; y también, con una perspectiva macro, en sororidad (hermanamiento) con las mujeres del sur, en sus propias realidades y circunstancias. Hablar de sororidad desde una perspectiva global significa analizar y conocer los sistemas que generan las desigualdades e injusticias y que afectan más a ellas. El por qué es sencillo. Una mujer que cuenta con escasos recursos económicos y/o vive en la parte del mundo menos privilegiada, está triplemente discriminada por ser mujer, pobre y del sur. En cooperación para el desarrollo se habla a menudo de la necesaria incorporación de la perspectiva de género (que asegure la igualdad real entre hombres y mujeres), que sólo trata de poner en valor la necesaria igualdad del 52% de la población mundial (femenina) respecto al otro 48% (masculina). Tan simple. O, dados los resultados hasta la fecha, tan complejo. Pero no perdamos de vista el hecho de que el progreso de una sociedad no es real si no incluye, de manera transversal, a la totalidad de sus habitantes. No podemos mirar hacia otro lado ni dejarnos influir por quienes quieren vendernos el cuento (un cuento que se repite en diferentes territorios según el momento histórico vivido) como si la historia no fuese con nosotras porque supuestamente ya está superado. Podemos aprender, y mucho, las unas de las otras. Las mujeres tenemos que empatizar con otras mujeres y no juzgarlas, que de eso ya se encargan los mandatos, estereotipos de género y prejuicios sociales sobre los que se construyen nuestras vidas. A nosotras se nos ha aplicado siempre el famoso lema «divide y vencerás». Ha llegado la hora de decidir qué lema utilizar y apostar por «la unión hace la fuerza». Una unión que traspase fronteras y que, desde el respeto a todas aquellas formas de vida que aunque sean distintas a la nuestra no atentan contra los derechos de nadie, nos ayude a romper con la visión etnocentrista que marca nuestras políticas y nuestra cultura. Y si todas las mujeres de occidente, por conocer en nuestras propias carnes la discriminación de género, ponemos nuestro grano de arena empatizando y apoyando las luchas de aquellas a quienes menos voz les permiten tener, estaremos contribuyendo a construir un mundo más justo. Compartimos un saber común mucho más fuerte que cualquier diferencia: lo que supone ser mujer en un mundo de hombres. Son muchos los titulares que a diario leemos en los medios sobre la vulneración de derechos de mujeres en terceros países (India, Egipto, etc.). No nos dejemos abrumar por el morbo que muchas veces desprenden, y tratemos de indagar más en la situación de las mujeres de distintos países y de las diferentes circunstancias, como señalábamos al principio. Descubriremos entonces movimientos de mujeres en lucha por la defensa de sus cuerpos y sus derechos (humanos, por cierto). Por eso, desde aquí, nuestro reconocimiento y orgullo a sus pasos, a sus avances y a sus luchas, que también son las nuestras. Concluimos con una reflexión de la genial Marcela Lagarde, representante del feminismo latinoamericano: “La sororidad implica una decisión y una elección. Hemos decidido que para salir de ese compartimento (patriarcal) vamos juntas y nos elegimos como legítimas equivalentes”. Va por ellas. Y por nosotras. Va por todas.
María Esteban López Irene Villafranca Serrano OCSI Navarra (Pertenece a la Coordinadora de ONGD Navarra).
Publicado en Diario de Noticias.
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